Las paredes pueden susurrarnos cosas. Hablarnos en voz baja. Ser minimalistas y despojadas. Y también como los microrrelatos, contar grandes historias con pocos recursos.
Así percibo yo los trabajos de Jonipunto. Simples, a primera vista, pero cargados de muchos
significados. Como muy pensados, donde nada está puesto al azar y nada es suprefluo.
Lo conocí a través de sus extrañas ballenas azules. Pequeñitas. Curiosas y con un número diferente cada una, como firma. En su página www.jonipunto.com, descubrí que el número de sus ballenas va en sentido decreciente. Migraron y están perdidas...Cada ballena dibujada es una ballena menos en el mundo real...
Pero los trabajos que más me gustan de Jonipunto son aquellos, aún más sutiles, en los que integra el paisaje urbano a sus personajes. Y entonces descubro esos bañistas, al mejor estilo Sorolla, disfrutando del agua que sale de un vertedero... ¿Se puede decir más con tan pocos elementos?
O aquellos trabajos en los que juega con las luces y las sombras de lo que está allí y los hace suyos en propuestas super interesantes y lúdicas... O los equilibristas, esos trabajos hechos en colaboración con Porfavor, con los que obligatoriamente nos identificamos en esta época plagada de cuerdas flojas...
En fin, los trabajos de Jonipunto para mí son como el correlato gráfico de la mejor tradición de los cuentos breves, liderado entre otros, por mi admirado Monterroso y su maravilloso Dinosaurio... "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí" O como proclamaba Mies van der Rohe "menos es más"...
Aquí les dejo lo que me contó Joni. Ojalá les resulte tan interesante como a mi.
Recuerdo girar la cabeza cada vez que escuchaba Joni desde hace muchos años. Nace como un apodo dentro de mi círculo más íntimo y que poco a poco se fue extendiendo al resto de mis entornos. Al ser un nombre ligado desde un principio a gente muy cercana, siempre ha tenido para mí connotaciones de proximidad y cariño. Lo siento como algo más que una firma en las calles.
Jonipunto ha sido una evolución como firma de “Joni.”. También me giro cuando lo escucho.
Me gusta hablar de mis comienzos en el arte urbano desde mucho antes de pintar en las calles. Me considero una persona observadora y siempre he prestado mucha atención al entorno que me rodea. Vivir en un contexto urbano ha hecho que centre esa atención en las calles, en sus colores y sus formas. Poco a poco fui desarrollando una atracción y sensibilidad por lo que veía y leía en las paredes, imaginando e incluso diseñando intervenciones que no terminaba de ejecutar.
Tras varias experiencias en ciudades con gran influencia por el arte urbano volví de nuevo a Madrid con muchas ganas de salir a la calle, pintar y volver a salir.
El significado más importante de trabajar en las calles es la posibilidad de transformar el espacio. Buscar la retroalimentación de obra y espacio para crear un nuevo significado. La calle tiene un componente de libertad total que permite desarrollar proyectos con una pureza real. No existen ni directrices ni limitaciones. De hecho es la misma versatilidad de las calles la que libera la imaginación y genera un espacio único que muta constantemente.
Al mismo tiempo existe un elevado grado de responsabilidad por la naturaleza del entorno urbano y su contexto como por el mismo ciudadano que transita las calles.
En el momento que una obra está en la calle, ya no es de nadie.
Me siento influenciado tanto por un tema de Son Volt como por un aerolito de Carlos Edmundo de Ory o una conversación en el metro. La influencia de lo que hablo está asociada directamente a todo aquello que me rodea en el día a día, así como del alimento cultural y social que elijo poner en el plato.
A nivel de artistas visuales que trabajen en la calle, la delicadeza y sutileza de Dan me gusta mucho.
El proceso de producción tiene mucha importancia, es donde nace y se desarrolla la obra antes de plasmarla en la calle. Me encanta consolidar una idea a raíz de un pensamiento, ser capaz de encajarla en las paredes y conseguir una convivencia con el entorno urbano. Sentir un mensaje, observar las calles y encontrar el lugar y forma adecuados.
En esta última parte cada vez me gusta más dejar que aparezca la intuición y la improvisación, sin dejar de considerar la obra y el espacio como un único elemento.
De hecho, deducir el proceso de creación de una obra que veo en la calle es probablemente lo que más me interesa y atrae. Intentar descifrar los entresijos que se esconden detrás de una intervención es lo que me ayuda realmente a conocer el significado de la obra.
Sin espacio no hay obra. Sin obra no hay espacio.
Más que citar una única experiencia como "mi mejor experiencia" me centro en la idea de cómo el arte urbano ha cambiado mi manera de pasear por la calles, de observar y conocer las ciudades desde otra perspectiva. Me ha dado la oportunidad de reflejar, desarrollar y transmitir mis reflexiones y por supuesto me ha permitido conocer muy buena gente y compartir grandes momentos.
Me gustaría ver mis trabajos en muchas ciudades. Aunque creo que necesito tener un vínculo previo con las ciudades. Tengo especial interés (y un proyecto en mente) en Arizona y Nuevo México.
A pesar de las condenas por pintar en la calle que azotan Madrid, actualmente hay mucha cantidad y calidad de arte en las calles, que está ayudando a cambiar la percepción de arte en el espacio urbano por parte del ciudadano.
Tómalo, tuyo es mío no.
Jonipunto
Mil gracias Jonipunto por tu entrevista. Me encanta tu trabajo!!!!
Anita Slowly
Instagram.com/anitaslowly
Para conocer más del trabajo de Jonipunto:
Instagram.com/jonipunto
Facebook.com/jonipunto
www.jonipunto.com
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